Una Cosa Nos Falta
Marcos 10:21 – “Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le
dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz”
Marcos 10:17-27
¡Cuán difícil es ir al cielo! Es mas fácil pasar un camello por el ojo de una aguja que dejarlo
todo por seguir a Cristo. Vemos aquí la historia del
joven rico. La realidad es que el joven rico no se salvo porque era rico sino
por la codicia de su
dinero. El joven tenía que despojarse de las cosas que ocupaba su corazon. En este caso el dinero, pero no necesariamente sea el dinero. A veces nosotros nos quedamos cortos cuando hacemos las cosas que nos agrada mas a nosotros. Jesús miraba el corazón del joven rico y veía solamente amor a las riquezas. “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:9-10) Pero ¿que cosas ocupan nuestros corazones? Auto-examinese y hagase la pregunta:
dinero. El joven tenía que despojarse de las cosas que ocupaba su corazon. En este caso el dinero, pero no necesariamente sea el dinero. A veces nosotros nos quedamos cortos cuando hacemos las cosas que nos agrada mas a nosotros. Jesús miraba el corazón del joven rico y veía solamente amor a las riquezas. “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:9-10) Pero ¿que cosas ocupan nuestros corazones? Auto-examinese y hagase la pregunta:
¿Cuál es tu Dios?
- El dinero
- El trabajo
- El tiempo con tus amistades no cristianos
- Los vicios
No Basta
Jesús, miraba el corazón del joven rico y le faltaba algo.
No basta con guardar la ley. No basta con vivir una vida religiosa. No basta
con pasar largas horas en el trabajo sin ver a tu familia. No basta estudiar
todos los libros del mundo. “Una cosa te falta” le dice Jesús al joven rico.
Cuando Jesús mira al corazón del rico ve que algo le faltaba. “Ahí falto Yo”.
La biblia nos dice en 1 Juan 5:12 – “El que
tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”
El Joven rico se quedo corto cuando no quizo depojarse a si mismo. El rey Agripa también se quedo corto al decir “Por
poco me persuades a ser cristiano” (Hechos 26:28).
Saulo se quedó corto cuando creía que estaba haciéndole un favor a Dios persiguiendo a los cristianos, pero Jesús le dice en Hechos 9:5 – “Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. Muchas veces nos quedamos cortos y no trabajamos como debemos. No queremos sacrificar nuestra comodidad de nuestras casas para hablarles las almas del Señor Jesús. Dura cosa es dar coces contra el aguijón cuando queremos quedarnos en casa y no ir a la actividad de las confraternidades. Dura cosa es dar coces contra el aguijón cuando no queremos orar, ni tomar un momento en estudiar la palabra de Dios. Dura cosa es dar coces contra el aguijón cuando preferimos criticar lo que dice el predicador, o como canta el director de canticos. Una cosa nos falta y es tener a Cristo en nuestro corazón. Una cosa nos falta, y es lo que dice en Romanos 12:1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Saulo se quedó corto cuando creía que estaba haciéndole un favor a Dios persiguiendo a los cristianos, pero Jesús le dice en Hechos 9:5 – “Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. Muchas veces nos quedamos cortos y no trabajamos como debemos. No queremos sacrificar nuestra comodidad de nuestras casas para hablarles las almas del Señor Jesús. Dura cosa es dar coces contra el aguijón cuando queremos quedarnos en casa y no ir a la actividad de las confraternidades. Dura cosa es dar coces contra el aguijón cuando no queremos orar, ni tomar un momento en estudiar la palabra de Dios. Dura cosa es dar coces contra el aguijón cuando preferimos criticar lo que dice el predicador, o como canta el director de canticos. Una cosa nos falta y es tener a Cristo en nuestro corazón. Una cosa nos falta, y es lo que dice en Romanos 12:1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Conclusión
Nos cuesta sacrificar nuestras vidas al
servicio de nuestro Dios. Una cosa nos falta, y es ponernos en las manos del Señor
para que nos moldee como el barro en las manos del Alfarero. Una cosa nos falta
es cantar ese corito: “Yo quiero ser, Señor amante, como el barro en las manos
del alfarero. Rompe mi vida y hazla de nuevo. Yo quiero ser, yo quiero ser un
vaso nuevo” Una cosa nos falta y es que vuelva a tu primer amor: “Pero tengo
contra ti, que has dejado tu primer amor” (Apocalipsis 2:4)
- Oír la Palabra de Dios
- Creer en Jesús, el Cristo
- Arrepentirse de los pecados
- Hay que confesar que Jesús es el Hijo de Dios
- Bautizarse en agua para la remisión de pecados