Un Corazón Quebrantado
He sido derramado como el agua y todos mis huesos se descoyuntaron. Mi corazón fue como cera, derritiéndose dentro de mí (Salmos 22:14, RVR1995)
Alguna vez se te ha derretido el Corazón dentro de ti. Sería un gran peligro si eso ocurriera físicamente. Emocionalmente eso me ocurrió cuando pensé que iba a perder a amada compañera. La Biblia dice que: El ánimo del hombre soportará su enfermedad; mas ¿quién soportará al ánimo angustiado? (Proverbios 18:14) A la verdad es que uno puede lidiar con una enfermedad, quizás a través de medicamentos o tratamiento médico. Pero es mas difícil curar a un corazón roto. La única persona que puede sanar a un corazón derretido, dolido, y quebrantado es Dios: El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas. (Salmos 147:3) Unos de los propósitos de Jesús cuando vino a este mundo esta descrito en Lucas 4:18-19:
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.
El Señor Jesús entiende nuestras dificultades porque el pasó emocionalmente ese sufrimiento. Pues el dijo también orando a Su Padre: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo (Mateo 26:38). Ven a la cruz del Señor. El simpatiza con nuestro dolor y sufrimiento. No nos vallemos a la desesperación porque el Maestro ya pasó por ese camino oscuro.
Él nos dijo con una voz tierna: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar (Mateo 11:28) El apóstol Pablo también sufrió un aguijón, oraba hasta el punto de lágrimas pidiéndole al Señor tres veces. Sin embargo Dios le dice: “Bástate en mi Gracia”. ¿Cómo estas lidiando con tus angustias?
Pon tus cargas, tus tristezas a EL. Entonces el dolor se convertirá en alegría. Dios quiere moverte esas montañas de problemas y sufrimiento. Ven al lugar donde mi Jesús sufrió más y veras la Gloria del Señor. Ven