lunes, 18 de mayo de 2015

Como Curar Las Heridas del Alma


Texto:

Salmo 147:3 – Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas.

Introducción

Nada hay más que nos restaura a una vida espiritual que la presencia y sabiduría de Dios. En Su palabra podemos encontrar las “curitas” que sana hasta el corazón más herido por las circunstancias de nuestras vidas. Pasando el tiempo, dedicando nuestras vidas al Señor, buscando de Su Presencia a través de las escrituras y en oración es el poder para curar las “Heridas del Alma”. Ese Poder viene del Evangelio de Cristo (Romanos 1:16 – No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego) que nos salva y nos libera de las tempestades malignas y mundanas. Vivimos en el Mundo pero no somos del mundo. No dejemos que esas influencias mundanas nos quite el Gozo de la Salvación.

Todo Deseamos La Salud Física, Emocional y Espiritual

¿Quién realmente desea la enfermedad? Nadie. Siempre estamos luchando por mantener la salud. Si sentimos una huella de enfermedad rápidamente tomamos algún medicamento. Nos preocupamos si sentimos un dolor de pecho. Nos asustamos cuando nos cortamos un dedo. Vemos las estrellitas cuando nuestro pie choca con la esquina de la pared. Lloramos cuando el doctor nos dice que tenemos cáncer.
Nos duele mucho cuando un ser querido nos hiere con sus palabras. Lloramos cuando sentimos rechazo de nuestro mejor amigo(a). Sufrimos emocionalmente cuando un familiar se mete en problema con la ley. Sentimos ansiedad cuando uno de nuestro hijos tiene problemas matrimoniales o sabemos de alguna de nuestras amistades sufre de abuso conyugal. El dolor se siente más en lo emocional que lo físico; hasta puede durar más curar esas heridas emocionales. Se puede curar fácilmente una herida  física pero las emocionales pueden durar por una vida.
En lo espiritual usualmente no pensamos, o porque no creemos en el mas allá o pensamos que tenemos tiempo por arrepentirnos. Pero la realidad es que debemos pensar más en la salud espiritual que la salud física y emocional porque lo que puede ocurrir son consecuencias o beneficios eternos. Jesús nos dice: No temáis a los que matan el cuerpo pero el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” (Mateo 10:28). Se ha anunciado la Salud Espiritual aun desde antes de la fundación del mundo, pero los que las gentes están mas pendientes de la salud física y emocional que la que realmente le hace falta. La Biblia dice: “Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de consuelo” (Hechos 3:19).
¿Qué podemos pensar cuando somos hechos a la imagen y semejanza de Dios? En todo somos creados en tres: espíritu, alma y cuerpo para glorificar a Dios en todo nuestro ser. La biblia dice que debemos guardar todo nuestro ser para la venida del glorioso día del Señor (1 Tesalonicenses 5:23 – Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo). Por medio de esto podemos evitar que nos infecte de nuevo las heridas espirituales del Alma.
Dios es un Dios Misericordioso que nos perdona nuestras ofensas cuando caemos. Pero tenemos que hacer de nuestra parte para evitar esas heridas infectadas por el pecado. Por eso cada día debemos renovar nuestro pacto con el Señor (Efesios 4:22-24 – En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, 23 renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad).
Una parte de nuestra vida es parte emocional. La salud emocional (del Alma) juega un papel importante en nuestra salud espiritual. Hasta nos puede echar a perder nuestra salvación. Por culpa de la emoción Moisés no pudo entrar a la tierra prometida cuando golpeó a la roca (Números 20:11-12 – Y alzando su mano, Moisés golpeó la peña con su vara dos veces. Brotó agua en abundancia, y bebió la congregación y sus bestias. 12 Pero Jehová dijo a Moisés y a Aarón: «Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no entraréis con esta congregación en la tierra que les he dado»). La emoción cuando se emferma afecta también la espiritualidad del cristiano. ¿Qué podemos hacer para curar esas heridas del alma? Debemos acudir a Aquel que puede curar esas heridas (Salmo 147:3 – Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas.) Bendito es Aquel que puede curar esas heridas.

Las Curitas Espirituales para las Heridas Emocionales

La Ansiedad – Muchas personas religiosas presenta la ansiedad como un pecado. Pero es mas bien una enfermedad emocional que afecta a muchas personas cristianas. Vivimos muy preocupados por las cosas pequeñas y grandes de la vida. Perdemos sueño por esa ansiedad. Dice en 1 Pedro 5:7-  “Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.

La Ansiedad y estar Afanoso

Ansiedad Psíquica

Hay una diferencia  estar Ansioso y Afanoso. Una es psíquica y la otra es pecaminosa. La psíquica suele transmitirse se padres a hijos tanto por herencia o aprendizaje (contagio). Son personas que piensan en lo peor de acontecimientos exageradas. Nunca pueden relajarse completamente y raramente viven tranquilos. Donde quiera hay peligros. Están llamando constantemente a sus familiares a ver si están bien. Esta clase de Ansiedad se puede mejorar con terapia. Pensamientos positivos, especialmente poniendo nuestra confianza en Dios nos ayuda a estar mas tranquilos en esta vida física. Como dice en la Palabra de Dios: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23:4). El rey David pasó por muchas ansiedades, sin embargo, encontró la paz en la confianza del Señor. Salmo 56:3 – En el día que temo, Yo en ti confío. ¡Qué bueno es estar confiados en el Señor! Desde el momento de nuestro despertar hasta el momento de acostarnos podemos decir “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Salmos 4:8) y encontrar esa paz al tener la “Mente de Cristo” [1 Corintios 2:16 - Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo].

Estar Afanoso – “No os afanéis por el día de mañana” (Mateo 6:34)

Esta se refleja como una desconfianza ante el futuro especialmente en los aspectos más esenciales de la vida: comida, salud y abrigo. Jesús condena esta clase de ansiedad en Mateo 6:25-31. Jesús también le dice a Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. (Lucas 10:41).

La Cura para los Afanes

El apóstol Pablo recomienda la Oración – Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. (Filipenses 4:6). Al estar constantes en la oración podemos sentir la presencia de Dios en nuestras vidas y vamos a experimentar un bálsamo terapéutico de la Paz de Dios. Continua en el versículo 7 – “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).

Invitación:


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