lunes, 6 de septiembre de 2021

Perfeccionando la Santidad

Por Julio Garcia
Texto: 2 Corintios 7:1 “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. Introducción Sabemos que nuestro Dios es Perfecto en todo. Nosotros estamos en el perfecto, en Su hijo Jesucristo: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna” (1 Juan 5:20). Sabemos también tenemos “Lo que es perfecto”, la palabra del Señor. (1 Corintios 13:10). La palabra de Dios es inspirada por el Espíritu Santo, en la cual somos bendecidos a la perfección por el Espíritu Santo de la promesa: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo” (Hebreos 6:4). La perfección no se limita solamente a la deidad y la Palabra. En Hebreos 11:23 nos dice que Dios nos ha hecho perfectos por la sangre de Jesucristo: “a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos” Es de nuestra parte que nos sigamos “perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7:1). Ya Dos hizo su parte demostrando su misericordia a todos. Pero es de nuestra parte perfeccionarnos a una vida santa delante del Verdadero Dios. En el capítulo anterior vimos la semana pasada acerca del yugo desigual. La manera de no hacer yugo desigual es que nos apartemos de aquellos que practican las malas obras. Y de acuerdo con Efesios 5:7-11 – “Por eso, no sean partícipes con ellos 8 porque, si bien en otro tiempo eran tinieblas, ahora son luz en el Señor. ¡Anden como hijos de luz! 9 Pues el fruto de la luz[a] consiste en toda bondad, justicia y verdad. 10 Aprueben lo que es agradable al Señor 11 y no tengan ninguna participación en las infructuosas obras de las tinieblas sino, más bien, denúncienlas”. Dios nos dice que nos apartemos de aquellos que no tienen los valores cristianos. Ya no pertenecemos al mundo pues somos de nuestro Padre Dios: Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso 2 Corintios 6:17-18 Ahora en este capitulo el Señor nos amonesta el apóstol Pablo que si queremos tener esa bendición de nuestro Padre Dios, limpiémonos de TODA contaminación de la carne y el espíritu. Eso es a lo que se refiere a “perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.