Texto:
Salmo 147:3 – Él sana a los quebrantados de corazón y venda
sus heridas.
Introducción
Nada hay más que nos restaura a
una vida espiritual que la presencia y sabiduría de Dios. En Su palabra podemos
encontrar las “curitas” que sana hasta el corazón más herido por las
circunstancias de nuestras vidas. Pasando el tiempo, dedicando nuestras vidas al
Señor, buscando de Su Presencia a través de las escrituras y en oración es el
poder para curar las “Heridas del Alma”. Ese Poder viene del Evangelio de
Cristo (Romanos 1:16 – No me avergüenzo del evangelio, porque es poder
de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también
del griego) que nos salva y nos libera de las tempestades malignas y
mundanas. Vivimos en el Mundo pero no somos del mundo. No dejemos que esas
influencias mundanas nos quite el Gozo de la Salvación.
Todo
Deseamos La Salud Física, Emocional y Espiritual
¿Quién realmente desea la
enfermedad? Nadie. Siempre estamos luchando por mantener la salud. Si sentimos
una huella de enfermedad rápidamente tomamos algún medicamento. Nos preocupamos
si sentimos un dolor de pecho. Nos asustamos cuando nos cortamos un dedo. Vemos
las estrellitas cuando nuestro pie choca con la esquina de la pared. Lloramos
cuando el doctor nos dice que tenemos cáncer.
Nos duele mucho cuando un ser
querido nos hiere con sus palabras. Lloramos cuando sentimos rechazo de nuestro
mejor amigo(a). Sufrimos emocionalmente cuando un familiar se mete en problema
con la ley. Sentimos ansiedad cuando uno de nuestro hijos tiene problemas
matrimoniales o sabemos de alguna de nuestras amistades sufre de abuso
conyugal. El dolor se siente más en lo emocional que lo físico; hasta puede
durar más curar esas heridas emocionales. Se puede curar fácilmente una
herida física pero las emocionales
pueden durar por una vida.
En lo espiritual usualmente no
pensamos, o porque no creemos en el mas allá o pensamos que tenemos tiempo por
arrepentirnos. Pero la realidad es que debemos pensar más en la salud
espiritual que la salud física y emocional porque lo que puede ocurrir son
consecuencias o beneficios eternos. Jesús nos dice: “No temáis a los que matan el
cuerpo pero el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir
el alma y el cuerpo en el infierno.” (Mateo 10:28). Se ha anunciado la Salud
Espiritual aun desde antes de la fundación del mundo, pero los que las gentes
están mas pendientes de la salud física y emocional que la que realmente le
hace falta. La Biblia dice: “Así que,
arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que
vengan de la presencia del Señor tiempos de consuelo” (Hechos 3:19).
¿Qué podemos pensar cuando somos hechos a la
imagen y semejanza de Dios? En todo somos creados en tres: espíritu, alma y
cuerpo para glorificar a Dios en todo nuestro ser. La biblia dice que debemos
guardar todo nuestro ser para la venida del glorioso día del Señor (1 Tesalonicenses 5:23 – Y el mismo Dios de
paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,
sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo). Por
medio de esto podemos evitar que nos infecte de nuevo las heridas espirituales
del Alma.
Dios es un Dios Misericordioso que nos perdona
nuestras ofensas cuando caemos. Pero tenemos que hacer de nuestra parte para
evitar esas heridas infectadas por el pecado. Por eso cada día debemos renovar
nuestro pacto con el Señor (Efesios
4:22-24 – En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del
viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, 23 renovaos
en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la verdad).
Una parte de
nuestra vida es parte emocional. La salud emocional (del Alma) juega un papel
importante en nuestra salud espiritual. Hasta nos puede echar a perder nuestra
salvación. Por culpa de la emoción Moisés no pudo entrar a la tierra prometida
cuando golpeó a la roca (Números
20:11-12 – Y alzando
su mano, Moisés golpeó la
peña con su vara dos veces. Brotó agua en abundancia, y bebió la
congregación y sus bestias. 12 Pero Jehová dijo a Moisés y a Aarón: «Por cuanto no creísteis en
mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no entraréis con esta congregación en
la tierra que les he dado»). La emoción cuando se
emferma afecta también la espiritualidad del cristiano. ¿Qué podemos hacer para
curar esas heridas del alma? Debemos acudir a Aquel que puede curar esas
heridas (Salmo 147:3 – Él sana a los quebrantados de
corazón y venda sus heridas.) Bendito es Aquel que puede curar esas heridas.
Las Curitas Espirituales para las Heridas Emocionales
La Ansiedad – Muchas personas religiosas presenta
la ansiedad como un pecado. Pero es mas bien una enfermedad emocional que
afecta a muchas personas cristianas. Vivimos muy preocupados por las cosas
pequeñas y grandes de la vida. Perdemos sueño por esa ansiedad. Dice en 1 Pedro 5:7- “Echad
toda vuestra ansiedad
sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.
La Ansiedad y estar Afanoso
Ansiedad
Psíquica
Hay una diferencia estar Ansioso y Afanoso. Una es psíquica y la
otra es pecaminosa. La psíquica suele transmitirse se padres a hijos tanto por
herencia o aprendizaje (contagio). Son personas que piensan en lo peor de
acontecimientos exageradas. Nunca pueden relajarse completamente y raramente
viven tranquilos. Donde quiera hay peligros. Están llamando constantemente a
sus familiares a ver si están bien. Esta clase de Ansiedad se puede mejorar con
terapia. Pensamientos positivos, especialmente poniendo nuestra confianza en Dios
nos ayuda a estar mas tranquilos en esta vida física. Como dice en la Palabra
de Dios: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque
tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23:4).
El rey David pasó por muchas ansiedades, sin embargo, encontró la paz en la
confianza del Señor. Salmo 56:3 – En el
día que temo, Yo en ti confío. ¡Qué bueno es estar confiados en el Señor!
Desde el momento de nuestro despertar hasta el momento de acostarnos podemos decir “En paz me acostaré,
y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado”
(Salmos 4:8) y encontrar
esa paz al tener la “Mente de Cristo” [1
Corintios 2:16 - Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de
Cristo].
Estar Afanoso – “No os afanéis por el día de mañana” (Mateo
6:34)
Esta se refleja como una
desconfianza ante el futuro especialmente en los aspectos más esenciales de la
vida: comida, salud y abrigo. Jesús condena esta clase de ansiedad en Mateo
6:25-31. Jesús también le dice a Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas
cosas. (Lucas 10:41).
La Cura para los Afanes
El apóstol Pablo recomienda la
Oración – Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. (Filipenses
4:6). Al estar constantes en la oración podemos sentir la presencia de Dios en
nuestras vidas y vamos a experimentar un bálsamo terapéutico de la Paz de Dios.
Continua en el versículo 7 – “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús” (Filipenses 4:7).
Invitación:
¿Quieres
estar Bien con Dios?