Nos Reunimos los domingos a las 9:30 AM y miercoles a la 7:00 PM
Iglesia de Cristo
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Julio Garcia, Predicador
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Si Buscas a Dios lo Hallaras
Cuando estamos en búsqueda de alguna cosa es porque no la tenemos. David le dice a Salomón que busque de Dios.
Cita: 1 Crónicas 28:9 –“Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre”
La dirección de la búsqueda (Salmos 105:4)
“Buscad a Jehová y su poder; Buscad siempre su rostro”. Para uno buscar y encontrar algo, tenemos que tener la ayuda necesaria para saber qué dirección tomar. La biblia es el mapa que nos lleva a Dios. David le indica a Solomon, su hijo, el mapa para encontrar a Dios. David nos indica el mapa a nosotros Salmos 119:105
La necesidad de esa búsqueda: Isaías 55:6
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”. Tenemos que buscarle a tiempo porque va a ver un tiempo límite. Va a ver un momento en que no vamos a encontrar a Dios porque se hace tarde. “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2)
¿Por qué buscarle?
Porque aquí en el mundo de hoy no ha nada que nos pueda llevar a Dios. No vale la pena las cosas de este mundo. Muchos se conforman a este mundo, pero no pueden encontrar a Dios con las cosas materiales. La biblia nos dice que tenemos que despojarnos de las cosas de este mundo: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
Pasos para la Búsqueda: 1 Crónicas 29:9
Reconocer a Dios:
“Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado” (Salmos 100:3). Hay una decisión que tomar. Confiar en el yo o confiar en Dios. Reconocer que Jehová es Dios, es dejar el yo al lado; es dejar de confiar en el hombre. Salmos 146:3 – “No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación”
Con Corazón Leal o perfecto
La lealtad a Dios es muy importante porque nos lleva a esa corona de vida: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10). No podemos estar distraídos o desenfocarnos de lo que realmente importa. Nuestra lealtad es hacia las cosas espirituales y no las carnales. Sirvamos a Dios con corazón perfecto y el nunca nos desamparará.
Animo Voluntario
Hay que servir a Dios voluntariamente, no con obligación. Tenemos que dedicarnos a El voluntariamente y al 100% sino estaremos tibios. Apocalipsis 3:16 – “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”
Dios nos conoce
Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre. El señor nos conoce por nombre: “A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca” Juan 10:3. Y nosotros conocemos a voz del Señor. Ver 4: “Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz”.
Cercanía a Dios
David le dice a su hijo Salomón que entregue su vida completamente a Dios. Nosotros, para encontrar a Dios tenemos que entregarnos 100 % completamente a su servicio: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:23).
Las consecuencias de no buscar de Dios
Muchas veces que desechamos a Dios de varias maneras.
Desechamos la Iglesia: Hebreos 10:25
El Hombre desecha a Cristo: Juan 1:10
Dios nos desechara para siempre, si le negamos: "Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 10:33)