La Oración
de Jabes: ¿Cuántas bendiciones tienes ya?
Texto: 1 Crónicas 4:9-10
Jabes fue más
ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: «Por cuanto
lo di a luz con dolor.» 10 Invocó Jabes al Dios de Israel
diciendo: «Te ruego que me des tu bendición, que ensanches mi territorio, que
tu mano esté conmigo y que me libres del mal, para que no me dañe.» Y le otorgó
Dios lo que pidió
Introducción
¿Has conocido de alguna persona que
no les gusta su nombre? ¿A cuántos no
les gusta su nombre?
El nombre de Jabes su significado es
“dolor” o “sufrimiento al punto de la tristeza” (1 Crónicas 4:9-10). Imagínate si
tus padres te hallan llamado tristeza cuando naciste. Me gusta hablar de
historias de la biblia que usualmente no se enseña en clases bíblicas de niños.
Aquí realmente no es una historia, sino una mención de una simple oración, por
una persona no muy conocida que él le hizo a Dios y Dios se la contesto. A
veces pensamos alguna acción que tomamos
en esta vida no es de mucha significancia. Pero lo que no estamos realizando
que constantemente estamos cambiando el futuro. El futuro no está escrito aun.
Cualquier cosa puede pasar sea buena o mala. La Biblia nos ensena que debemos
aprender del pasado, guardar todo nuestro ser en lo presente, para tener un
buen porvenir al final: la Vida Eterna con el Señor. Esto es el “Todo” del
hombre como declara Salomón en los últimos versos de Eclesiastés 1- 2:13-14 – “El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus
mandamientos, porque esto es el todo del hombre. 14 Pues
Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o
sea mala” Así que cualquier cosa que hacemos ahora va a tener un impacto en el
futuro. Simplemente, hagamos lo posible ahora para que ese futuro estemos en la
presencia del Todopoderoso. Dice la biblia que Jabes era más ilustre
(respetado) que los demás. Era de admirar, por sus logros. Dios quiere que
seamos admirados por nuestra humildad y devoción al Señor. “Mira que persona más
espiritual” etc. ¿Por qué será que Jabes era más respetado que los demás? No
sabemos lo que él hizo pero se puede decir que el cambio el significado de su
nombre por sus acciones.
La
Bendición de Dios
A veces tomamos esa palabra en vano,
ya que lo usamos como un saludo: “Dios te Bendiga” o en ingles cuando alguien
estornuda le dicen: “God Bless you”. Tan fácil que oímos la palabra Bendición.
Pero es algo que uno le pide a Dios. Así como Jabes: “Te ruego
que me des tu bendición”. ¿Cuántas veces rogamos a Dios por muchas cosas, sin
embargo, casi no ROGAMOS por su Bendición? La Bendición en los tiempos bíblicos
era tan importante como la Salvación. Leemos en la biblia el caso de Esaú. Y se
estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo
caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito.
Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga
exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío. Y él dijo: Vino tu
hermano con engaño, y tomó tu bendición. Dijo entonces Esaú a su padre:
—¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a
mí, padre mío! Y alzó Esaú la voz, y lloró. Génesis 27:33-35,
38. En el nuevo testamento la biblia dice que: Esaú lloro con amargura por
vender la bendición por un plato de lentejas. Dice en Hebreos 12:15-17 – Mirad bien, para que ninguno deje de alcanzar
la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe
y contamine a muchos. 16 Que no haya
ningún fornicario o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su
primogenitura. 17 Ya sabéis que aun
después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no tuvo oportunidad
para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
Que eso no nos pase
a nosotros. Estamos propensos a perder la bendición de Dios si nos desviamos de
las cosas que realmente son importantes para nuestras vidas espirituales.
Les voy a contar un
cuento o mas bien una parábola. Hubo un hombre que murió y fue al cielo. El
ángel le dio la bienvenida y les dio un tour de su nuevo lugar en el cielo.
“Estas son la calles de oro, el mar de cristal allá, y allí el árbol de la
vida” de dijo el ángel. El hombre noto un edificio como una especie de almacén
cerrado con cadenas y candado. El hombre le pregunto al ángel: “¿Y qué tal esa
estructura allí? ¿Qué es? El ángel le dijo: “No es de mucha importancia,
caminemos para que veas el Gran Trono Blanco”. Pero la curiosidad del hombre
fue tan grande por saber lo que había dentro de ese enorme almacén. “No” dijo
el ángel. “Si, Si, por favor” dijo el hombre. “Ok, pues si realmente quieres
saber lo que hay dentro de ese almacén te lo demostraré, pero te advierto que
no te va a gustar lo que vas a ver”. Pues el hombre de todas maneras quiso
entrar. Cuando abrieron las puertas, el hombre vio cajas envueltas con papel de
regalo blanco y con citas rojas. Cada uno de los regalos tenía el nombre de una
persona. El hombre noto rápido que uno de esos regalos tenía su nombre escrito.
“Veo una caja con mi nombre” le dice el hombre. “¿Qué hay adentro de cada una
de esas cajas? El ángel le contesta: “Estos son las bendiciones que Dios tenia para
cada uno de ustedes pero ninguno fueron reclamados”. ¿Cuántas veces hemos pedido a Dios por otras
cosas, sin embargo no le pedimos a Dios que nos den de Su bendición? El tiene bendiciones
especiales para ti. ¡Reclámalas! La Biblia pone la bendición al mismo nivel que
la Vida Eterna. “Porque allí envía Jehová bendición y vida eterna” (Salmos
133:3)
Jehová había dicho
a Abram: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la
tierra que te mostraré. 2 Haré de ti una nación grande, te
bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. 3 Bendeciré
a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en
ti todas las familias de la tierra.» (Génesis 12:1-3)
Esa bendición se
estaba refiriendo al Mesías prometido. Desde aquel entonces todos los
descendientes de Abram anhelaban de ser parte de esa bendición en la cual las
madres judías deseaban ser “la bendita” y que del fruto de su vientre vendría
el Salvador del mundo. Por eso la mayoría de las oraciones de los judíos era
pidiéndole a Dios por la bendición prometido a Abram.
La bendición fue
cumplida cuando nació nuestro Señor Jesucristo y en el día de Pentecostés
fueron a Jerusalén todas las naciones de la tierra y allá fue establecida el
Reino de Cristo, la iglesia con poder y gran Gloria.
Gracias a Dios que
hoy en día somos parte de la bendición recibida. Así que cada vez que alguien
te diga: “Dios te Bendiga” sabemos ahora es de la bendición de Abram cumplida
en Jesucristo. En el dia de Pentecostés, como 3000 personas fueron añadidas a
la iglesia para ser parte de la bendición de Dios. Por la Fe, arrepentimiento y
bautismo pudieron recibir la bendición y vida eterna. Tu puedes tener también
esa bendición.
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