Agrandando A Dios
Introducción: Fuimos creados para agradar a Dios.
El actor Andrés Garfield, el que
hizo el papel del Hombre Araña, comento en una de sus entrevistas que trataba
constantemente de agradar a todo aquellos relacionado a las películas. “La
presión de hacer todo correcto… y al final de cuentas terminas complaciendo a
nadie”, digo él.
Si eres un actor de películas,
una madre, un pastor, un empleado, jefe, vendedor, ministro, predicador,
siempre es frustrante tratar de complacer a todos. De acuerdo a la Biblia,
debemos realmente complacer a Dios. Jesús dijo: “Porque el que
me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre
lo que le agrada.” (Juan 8:29). Él es nuestro ejemplo.
Pablo nos dijo en su epístola de los gálatas que: “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato
de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería
siervo de Cristo” (Gálatas 1:10)
Las Cosas que desagradan a Dios
Ceder a la Tentación
Eva fue tentada
por cosas agradable a la vista: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para
comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la
sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual
comió así como ella” (Génesis 3:6). Muchas veces somos tentados por lo que
vemos en la TV, en el trabajo, en los centros de comercios, etc. Donde quiera
vemos cosas agradables a la vista. Si uno es diabético le tientan las
cosas dulces. Si uno padece de alta presión le tientan las cosas saladas.
Muchas veces caemos como Eva quien cedió a la tentación, por tanto,
desagradando a Dios.
Sin Fe
La Biblia dice que sin fe es
imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Por la falta de Fe, Pedro se hundió en
el mar. La falta de fe los discípulos estuvieron desesperados durante la
tormenta en alta mar. La falta de fe nos hace pensar que las cosas nos irán mal,
porque no estamos en aquel que puede calmar las tempestades de nuestras vidas.
No tenemos confianza en aquel quien es dueño del mañana. “Si Dios quiere” debe
ser nuestro vocabulario. Todo momento andamos por fe y no por vista. Confiar en
el Rey de reyes y Señor de señores, Rey del universo.
Agradar al Hombre
Decisiones de la vida: ¿Agradar a
Dios o al Hombre? Hay tiempo que el hombre quiere hacer las cosas para
agradarse si mismo. Mira lo que dice la biblia: “Y los que viven según la carne
no pueden agradar a Dios” (Romanos 8:8). El apóstol Pablo nos enseña que: Pues, ¿busco ahora el favor de
los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres?
Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
(Gálatas 1:10). Lo que esto significa que nadie puede servir a dos señores.
Está claro como el agua. La consecuencia de agradar al hombre es dejar de ser
servidor de Cristo. Pensemos las maneras que nosotros dejamos de ser servidores
de Cristo. Aunque nos digan que aceptemos las ordenanzas de los hombres y la
legalización de las drogas y matrimonio gay, nosotros seguiremos obedeciendo el
mandamiento de Dios: Digamos como Pedro… Respondiendo Pedro y
los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres
(Hechos 5:29).
¿Cómo Realmente Agradar a Dios?
Sacrificios Espirituales
En el antiguo testamento en la
ley de Moisés, el pueblo de Dios, para agradar a Dios tenían que hacer
sacrificios de animales. “Para que ofrezcan sacrificios agradables al Dios
del cielo, y oren por la vida del rey y por sus hijos” (Esdras 6:10). Para los
que vivimos en la Gracia de Dios tenemos que hacer sacrificios espirituales.
Romanos 12:1-2 dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a
este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable
y perfecta”.
Cada vez que cantamos le
ofrecemos sacrificios de alabanza: “Así que, ofrezcamos
siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de
labios que confiesan su nombre” (Hebreos 13:15).
Aplicación:
Por la obediencia demostramos el
deseo de agradar a Dios. ¿Es tu vida agradable a los ojos de Dios? Dice el
apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 4:1: “Por lo demás, hermanos,
os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de
nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más.”
Dios quiere que
le agrade a través de la obediencia: Habiendo purificado vuestras almas
por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor
fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro (1
Pedro 1:22)
El acto de obediencia que nos
purifica (y agrada a Dios) es el bautismo en las aguas, donde se cumple el
evangelio de Cristo. “Nos salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5).
Conclusión – Muchos viven para agradar a alguien. La
mayoría viven para agradarse a sí mismo… Agradando a Dios debe ser nuestro
único motivo en la vida cristiana.
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