El Beneficio de ser Hijos de Dios
Introducción:
Recibes una llamada y una carta certificada que te has ganado un Lexus, nuevo de paquete. De camino a buscar el carro nuevo, se descompone su auto viejo. Que contratiempo! Pero eso no te importa porque te espera un Nuevo Lexus, equipado con toda la tecnologia moderna. Aunque se te rompe el carro viejo, no se compara con el carro nuevo que vas a recibir. Asi dice el apostol Pablo en cuanto a esta vida, llena de sufrimientos mutiples. No se compara con la Gloria venidera.
Texto: Romanos 8:18
Pues tengo
por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la
gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
Sentimiento de Familia (Romanos 8:15-16)
- En los tiempos del Antiguo Testamento no hubo nadie que le llamara a Dios como “Padre”. Hasta que vino Jesús al mundo.
- Podemos llamarle “ABBA Padre” Romanos 8:15 – Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
- El Espíritu de Dios se comunica con nuestro espíritu diciendo que somos Hijos de Dios. Romanos 8:16 – El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Hay una conexión entre el Espíritu de Dios que recibimos en las aguas del Bautismo con nuestro espíritu renovado para ser parte de la Familia de la Fe.
Preparándonos para esa Gloria Venidera (Romanos 8:17)
Una vez santificados y libertados
del Pecado somos herederos de justicia. Pues la Palabra de Dios nos dice: “Y si
hijos, también herederos; herederos
de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para
que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8:17). Así Dios nos prepara
para esta gloria venidera. “Prepara tu Vida con Dios, No sea que mueras en
pecado y pierdas tan grande Salvación”
Somos Coherederos con Cristo – En el
AT hubo un gran hombre de Fe a quien Dios le dio una herencia, en la cual todas
las naciones serian bendecidas. Eventualmente entre los herederos, los
cristianos del primer siglo beneficiarían de esa bendición. Por consiguiente,
pasaría de generación a generación hasta en nuestros días, somos miembro de la
familia de Dios, la Iglesia (Cuidad de Fundamento, cuyo Arquitecto es Dios).
“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de
recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe Abraham, siendo
llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y
salió sin saber a dónde iba; porque esperaba la ciudad que tiene
fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios (Hebreos 11:8-10).
¡Mirad que bendición tenemos de ser parte de esta Iglesia! Algún día llegaremos
a esa Gloria Celestial. Dios nos ha puesto en lugar Celestial (la Iglesia) para
que podamos continuar con la esperanza de una Gloriosa Cuidad.
Sufrimientos Ahora Son Temporeros (Romanos 8:18)
Vale la pena tener algunos
contratiempo y aflicciones. No se puede comparar con la gloria venidera. Dice
la Palabra, de nuevo, “Pues tengo por cierto que las aflicciones del
tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse” Cuidamos, trabajamos y nos sacrificamos arduamente por nuestra
casa terrenal. Aunque sea una bendición de Dios, trabajemos arduamente para
tener esa Casa Espiritual (Bella Mansiones) alla en el Cielo.
¿Quiere ser Hijo de Dios? ¿Quieres tener una bella mansión?
Mansión gloriosa tengo yo en el cielo,
do las maldades nunca entraran.
Toda tristeza cambia en Consuelo
y en dulce canto el dolor y afán.
CORO
Bellas mansiones hay allá en la Gloria;
Tendré en la mía el gozo sin par.
Suenan las notas de la grata Victoria;
voy pues con gozo a mi dulce hogar.
En este mundo predomina el llanto,
somos sujetos al dolor fatal.
Mas en el cielo cesara el quebranto
y por los siglos nunca habrá mas mal.
Amigo mío, cuanto anhelo yo verte
libre de penas y de turbación.
A Jesucristo debes ya entregar;
tendrás
también una bella mansión.
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